En MUR venimos apostando desde hace muchos años por la digitalización de parte de los procesos, con el fin de automatizar aquellas gestiones a las que hay que destinar mucho tiempo pero que no aportan valor, como por ejemplo, el envío de facturas para llevar la contabilidad, que ahora nuestros clientes pueden realizar cómodamente a través de su móvil.
Es en este tipo de procesos, como escanear las facturas directamente desde el móvil, donde la automatización conlleva beneficios, como la inmediatez. Al ahorro considerable de tiempo se une la posibilidad de que haya menos errores durante el proceso. Y es ese ahorro de tiempo el que nos permite precisamente dedicarnos a lo que tiene más valor para nuestras empresas: el análisis de datos, casi en tiempo real, para saber el estado de nuestro negocio y qué puntos se deben mejorar.
La digitalización se basa en el dato. Pero para que estos sean relevantes, hay una parte fundamental, que es la que da valor: su análisis. No vale solo con recopilar datos. Es a través del análisis como transformamos esos datos en información y conocimiento que nos van a permitir tomar decisiones casi en tiempo real y conocer la evolución de la empresa.
Aunque puede parecer obvio, el proceso para iniciar la digitalización comienza con la recopilación de datos. Sin datos, no hay digitalización. Y no vale cualquiera. Para que sea un proceso eficiente y robusto, los datos tienen que ser de calidad y relevantes para el negocio.
Como en todos los cambios, digitalizar una empresa no se consigue de un día para otro. Es un proceso que verá sus resultados en el medio-largo plazo, pero cuyos beneficios superan en mucho las dificultades iniciales de recopilación de datos.
Como tuvimos ocasión de comprobar en el VI Congreso de Transformación Digital en los Despachos Profesionales, donde fuimos una de las empresas participantes, el futuro de las asesorías y despachos profesionales pasa por la digitalización, un proceso imprescindible en una sociedad multiconectada. La recopilación de datos casi en tiempo real nos aportan una visión global del estado financiero y contable de la empresa.
Aunque, como ya hemos comentado, el valor reside en el análisis de esos datos y en cómo transformarlos en decisiones de negocio, para que los asesores pasemos de ser meros gestores de datos y pasemos a ser analistas de la información que los datos nos generan. Ese es el futuro de las asesorías. Y esta es la apuesta de futuro de MUR.