Aunque debemos evitarlos, los errores en la gestión empresarial suponen una fantástica oportunidad para aprender de ellos y seguir mejorando. Así, la gestión eficaz de los errores se puede definir como el arte de buscar soluciones y resolver problemas.
A continuación, detallamos algunos de los errores más frecuentes que se cometen en la gestión de las entidades deportivas y repasamos las posibles soluciones que podemos aplicar:
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Gestionar una entidad deportiva como si fuera una empresa
Mientras que el objetivo principal de una empresa es generar recursos económicos, el de una entidad, club o asociación deportiva es conseguir éxitos deportivos, que se derivan en aspectos emocionales, sentimentales y mediáticos que en una empresa normal no existen.
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Gestionar personas como si estuvieras en una empresa
Las entidades deportivas exigen una capacidad de gestión diferente a la de una empresa: no es lo mismo gestionar empleados, por importantes que estos sean, que gestionar deportistas, de cuyo rendimiento y desempeño dependen sus directivos.
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Ausencia de un proceso formal en la toma de decisiones clave
En el momento de valorar una decisión importante, una entidad deportiva debería contar con un procedimiento formal que tuviera en cuenta el impacto económico, las necesidades financieras, los requerimientos deportivos, la vertiente comercial y de marketing, el merchandising, los patrocinios, la imagen de marca y el incremento de aficionados y seguidores.
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Ausencia de un diseño formal del área deportiva
Resulta imprescindible definir, ordenar y organizar las funciones, responsabilidades y objetivos, de acuerdo con unas expectativas reales, unos criterios, una filosofía deportiva y unos valores.
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Problemas de comunicación
La comunicación es una pieza clave en el buen funcionamiento de la entidad deportiva, ya que tiene como objetivo promover el diálogo entre todas sus áreas. Algunos de los problemas de comunicación que podemos encontrar son:
- Inexistencia de un plan de comunicación interna.
- No se transmiten los objetivos a lograr.
- Falta de seguimiento de las acciones que se llevan a cabo.
- Dificultad para comunicarse entre departamentos por una fuerte burocracia.
- Dificultad del emisor para informar al receptor de ejecutar una tarea adecuadamente porque no se conocen entre ellos.
- Ignorar el feedback de los trabajadores, que deberían aportar ideas y sugerencias al ser quienes viven los problemas que surgen en el día a día.
- Falta de confianza si las actividades, normas y otras cuestiones no se dicen de forma clara o la entidad no facilita toda la información.
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Retraso en la renovación de la plantilla
Se debe detectar y contratar talento a edades tempranas y tener la habilidad de coordinar la relación de los deportistas veteranos con los jóvenes, de manera que se produzca un relevo ordenado y la transmisión de los valores de la entidad.
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Mala gestión de la adversidad y de la presión mediática
Los resultados y la presión mediática presionan a la entidad deportiva a tomar decisiones poco meditadas, que pueden ir en contra de su filosofía. Se debe considerar la estrategia a largo plazo y gestionar las expectativas deportivas y adecuarlas a las posibilidades reales sin perder la esencia y los valores de la entidad.
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Ignorar las quejas o responder a ellas de un modo deficiente
Las quejas se deben gestionar de una manera adecuada ya que no todos los clientes se quejan con el mismo objetivo. Algunos buscan una solución satisfactoria y otros demandan ser escuchados y dar a conocer su problema para sentirse mejor o para que se corrija en un futuro.
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